El estudio “Global Warming Has Accelerated: Are the United Nations and the Public Well-Informed?“, liderado por James E. Hansen y un equipo de científicos, analiza la aceleración del calentamiento global en la última década y cuestiona si la comunidad científica, el público y las Naciones Unidas están adecuadamente informados sobre su magnitud y causas.
Los autores presentan nuevas observaciones sobre el balance energético de la Tierra, el papel de los forzamientos climáticos (gases de efecto invernadero, aerosoles y variabilidad natural), la sensibilidad climática y la posible subestimación del riesgo climático por parte del IPCC. También advierten sobre los impactos de este calentamiento acelerado y el riesgo de cruzar puntos de no retorno.
1. Balance energético de la Tierra
El balance energético de la Tierra regula el clima al equilibrar la energía solar recibida con la radiación térmica emitida al espacio. Sin embargo, este equilibrio ha sido alterado por el aumento de gases de efecto invernadero y la reducción de aerosoles atmosféricos. Mientras el CO₂ y otros gases retienen más calor, la disminución de aerosoles ha reducido el efecto de enfriamiento que antes reflejaba parte de la radiación solar. Como resultado, la Tierra está absorbiendo más energía de la que emite, acelerando el calentamiento global y causando cambios climáticos más intensos y frecuentes.
Desde 2010, la absorción de radiación solar ha aumentado significativamente, impulsando un alza en las temperaturas globales. Eventos como El Niño y cambios en la cobertura de nubes han influido en la redistribución del calor, pero el principal factor sigue siendo la acumulación de gases en la atmósfera. Esta alteración del balance energético ha generado fenómenos climáticos extremos, afectado patrones de precipitación y acelerado el deshielo polar, consolidando la tendencia de un planeta cada vez más cálido.
2. La aceleración del calentamiento global
El estudio revela que la tasa de calentamiento global ha aumentado significativamente desde 2010.
- Mientras que entre 1970 y 2010 la temperatura global aumentaba en promedio 0.18°C por década, desde 2010 el ritmo ha superado los 0.27°C por década.
- La Tierra ya ha alcanzado temperaturas que no se habían visto en al menos 11,700 años, comparables a las del período interglacial Eemiense (hace 120,000 años).
- La reciente superación del umbral de 1.5°C no es solo un fenómeno pasajero, sino una señal de que los forzamientos climáticos están alterando el sistema global de manera más rápida de lo previsto.
Factores clave en la aceleración
- El Niño 2023-24: Aunque los eventos de El Niño siempre han impulsado aumentos temporales en la temperatura, el reciente calentamiento ha sido mucho más intenso de lo esperado.
- Aumento de gases de efecto invernadero (GEI): El CO₂ sigue aumentando por la quema de combustibles fósiles, con un efecto acumulativo en el calentamiento.
- Reducción de aerosoles contaminantes: Regulaciones ambientales han disminuido la presencia de aerosoles en la atmósfera, reduciendo su efecto de enfriamiento.

3. El balance energético de la Tierra y el rol del océano
El estudio enfatiza la importancia del balance energético de la Tierra, es decir, la diferencia entre la energía solar que entra y la que se irradia de vuelta al espacio.
- El océano absorbe la mayor parte del exceso de calor, lo que explica por qué la temperatura del océano ha alcanzado niveles récord en los últimos años.
- La radiación absorbida por la Tierra ha aumentado en +1.7 W/m² desde 2010, un cambio significativo en el balance energético.
- El sistema climático responde con un desfase temporal, lo que significa que incluso si detuviéramos las emisiones hoy, la Tierra seguiría calentándose durante décadas debido al calor acumulado en los océanos.
Este desbalance energético es el principal motor del calentamiento global acelerado y sugiere que las proyecciones del IPCC podrían estar subestimando la velocidad del cambio climático.
4. Sensibilidad climática: ¿hemos subestimado el riesgo?
La sensibilidad climática mide cuánto se calentará la Tierra en respuesta a un aumento de CO₂.
- El IPCC estima que la temperatura global aumentaría 3°C por cada duplicación del CO₂ atmosférico, pero el estudio sugiere que la sensibilidad real podría estar entre 4.5°C y 6°C.
- Esto implicaría un mayor riesgo de cambios abruptos e irreversibles, lo que requeriría una acción climática aún más urgente.
El problema es que los modelos climáticos actuales no han capturado completamente el impacto de los aerosoles ni de los cambios en la nubosidad, lo que podría haber llevado a una subestimación del calentamiento futuro.
5. Eventos climáticos extremos: la evidencia de un sistema alterado
El estudio conecta el calentamiento acelerado con el aumento en la frecuencia e intensidad de fenómenos climáticos extremos:
- Huracanes y tormentas más intensas, alimentadas por océanos más cálidos.
- Olas de calor sin precedentes, tanto en el hemisferio norte como en el sur.
- Inundaciones y precipitaciones extremas, impulsadas por un aire más cálido que retiene más humedad.
- Pérdida acelerada de hielo en Groenlandia y la Antártida, lo que contribuye a la elevación del nivel del mar.
Estos eventos no son anomalías aisladas, sino parte de un patrón global de intensificación climática, en línea con lo que los modelos predicen en un escenario de calentamiento rápido.
6. Riesgo de puntos de no retorno
El estudio advierte que el calentamiento acelerado podría acercarnos a varios tipping points (puntos de inflexión) que desencadenarían cambios irreversibles:
- Colapso de la capa de hielo de la Antártida Occidental, lo que podría elevar el nivel del mar varios metros.
- Muerte regresiva del Amazonas, que reduciría su capacidad de absorber CO₂ y lo convertiría en una fuente de emisiones.
- Desestabilización del permafrost ártico, liberando grandes cantidades de metano, un GEI mucho más potente que el CO₂.
Estos procesos podrían amplificar aún más el calentamiento, haciendo mucho más difícil frenar el cambio climático.
7. Implicaciones y acciones necesarias
El estudio destaca que aún hay tiempo para actuar, pero las medidas deben ser inmediatas y ambiciosas:
¿Qué se debe hacer?
- Reducción drástica de emisiones de GEI: Se necesita eliminar progresivamente los combustibles fósiles y avanzar hacia una economía de cero emisiones netas.
- Mayor inversión en monitoreo climático: Es necesario mejorar la medición de aerosoles, nubes y balance energético para reducir la incertidumbre en los modelos.
- Planes de adaptación a fenómenos extremos: Las ciudades y comunidades vulnerables deben prepararse para el impacto de olas de calor, tormentas y aumento del nivel del mar.
- Acción coordinada a nivel global: Los científicos advierten que la comunidad internacional debe reforzar y acelerar los compromisos del Acuerdo de París para evitar escenarios más catastróficos.
Conclusión
El estudio revela nueva evidencia de que el calentamiento global se ha acelerado significativamente desde 2010 debido al aumento de GEI y cambios en el balance energético de la Tierra. También sugiere que la sensibilidad climática podría haber sido subestimada, lo que implica un mayor riesgo de impactos severos y la posible proximidad a puntos de no retorno.
El mensaje clave es que la ventana para evitar daños irreversibles se está cerrando rápidamente y que es necesario un esfuerzo inmediato y coordinado para reducir emisiones y prepararse para los impactos inevitables del calentamiento global.