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Informe del Índice de Desperdicio de Alimentos 2024

El desperdicio de alimentos es más que un problema económico; es un reflejo de las ineficiencias y desigualdades de un sistema global que necesita transformarse. Las soluciones identificadas en el Food Waste Index Report 2024 ofrecen un camino hacia un sistema más sostenible y equitativo, destacando que el cambio es posible cuando se combinan innovación, colaboración y voluntad política.

1.000 millones de comidas de alimentos comestibles se desperdicia todos los días en los hogares de todo el mundo. Es probable que se trate de una estimación mínima, y la cantidad real podría ser mucho mayor”.

👉 Informe sobre el índice de desperdicio de alimentos 2024

Dimensiones Ambientales

El desperdicio alimentario es responsable de entre el 8% y el 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, además de ocupar casi el 30% de las tierras agrícolas del planeta. Este impacto directo se agrava con la pérdida de biodiversidad causada por la expansión agrícola necesaria para producir alimentos que terminan en los vertederos.

Una Contradicción Social

En un mundo donde 783 millones de personas enfrentan hambre y 150 millones de niños menores de cinco años padecen desnutrición crónica, resulta inaceptable que el 19% de los alimentos disponibles para el consumo sean desperdiciados en hogares, servicios alimentarios y retail. Este problema no solo subraya las desigualdades globales, sino también una desconexión sistémica entre la producción y el consumo.

Medición y Diagnóstico: El ODS 12.3 como Herramienta de Cambio

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 12.3 busca reducir a la mitad el desperdicio alimentario per cápita para 2030, abordando el problema en tres sectores clave:

  1. Hogares: Generan en promedio 79 kg per cápita al año, convirtiéndose en el principal contribuyente al desperdicio global. Esto es consistente tanto en países de altos como de bajos ingresos, donde los patrones de consumo excesivo y almacenamiento ineficiente son comunes.
  2. Servicios de Alimentos: Representan 36 kg per cápita al año, afectados por la falta de planificación y la gestión inadecuada de los excedentes en restaurantes y cafeterías.
  3. Retail: Contribuyen con 17 kg per cápita al año, muchas veces debido a estándares estéticos estrictos que excluyen alimentos perfectamente comestibles.

El informe de 2024 resalta que, si bien ha aumentado la cobertura de datos en comparación con 2021, persisten importantes brechas, especialmente en países de ingresos bajos y medios. Estas cifras globales ofrecen un diagnóstico claro de la magnitud del problema.

Soluciones: Estrategias Innovadoras y Colaborativas

El informe identifica múltiples enfoques para abordar el desperdicio de alimentos, desde colaboraciones multisectoriales hasta acciones específicas por sector.

  1. Asociaciones Público-Privadas (APP)

Este modelo se presenta como una herramienta poderosa para coordinar esfuerzos entre gobiernos, empresas y organizaciones de la sociedad civil. Ejemplos como el Compromiso Courtauld en el Reino Unido muestran cómo estas iniciativas pueden lograr reducciones significativas, no solo en el desperdicio alimentario, sino también en costos operativos y emisiones de carbono. Las APP se basan en:

  • Medir y analizar: Establecer líneas base claras.
  • Implementar acciones específicas: Como proyectos piloto y campañas de sensibilización.
  • Evaluar el impacto: Monitorear resultados y ajustar estrategias.
  1. Innovación en la Cadena de Suministro

Reducir el desperdicio en la cadena de suministro requiere una mejor planificación logística y un enfoque en la redistribución. Tecnologías como sistemas de gestión de inventarios basados en inteligencia artificial pueden ayudar a predecir la demanda con mayor precisión, minimizando el exceso de productos que terminan desechados.

  1. Redistribución Alimentaria

El informe enfatiza la importancia de los sistemas de redistribución que conecten alimentos excedentes con bancos de alimentos y comunidades necesitadas. Esto no solo reduce el desperdicio, sino que también mejora la seguridad alimentaria. Países como Francia han liderado con legislaciones que obligan a los supermercados a donar productos no vendidos.

  1. Cambios Culturales y Educativos

En el nivel doméstico, el desperdicio puede abordarse mediante la educación y la concienciación. Iniciativas comunitarias que fomentan el compostaje y la reutilización de alimentos “imperfectos” pueden cambiar la percepción pública sobre lo que constituye desperdicio.


estudioia@estudioiambiental.com